Ayer por la tarde se armó un interesante debate en Twitter, que comenzó con una actualización de estado (más conocido como "tweet") de la diputada porteña por el FpV María José Lubertino. La misma que había presentado un proyecto para instalar expendedoras de preservativos en escuelas primaras, proyecto que luego fue descartado de plano por el ministro de Educación nacional Alberto Sileoni.
El tweet al que hago referencia era una especie de consejo para mujeres a punto de ser violadas, en las que les sugería tener la frialdad suficiente como para solicitarle al perpetrador que tenga la gentileza de utilizar preservativo, intimidándolo con la posibilidad de ser portador, textualmente, de "alguna enfermedad o vih". Sí, yo también creía que el VIH era efectivamente una enfermedad, pero según la diputada, parece que no es así. (?)
El problema es que la diputada no tuvo en cuenta que Twitter no es precisamente el ámbito más apropiado para expresar una opinión de ese tipo. ¿Por qué no? Muy simple, a los usuarios de esa red social les encanta tomar las cosas con un sentido del humor bastante mordaz. Y así se lo hicieron (léase "hicimos") saber a la diputada amamantadora.
Al poco rato, el TT ("trending topic" o tema del momento) #ConsejosLubertino estaba al tope del ranking nacional.
No me animo a reproducir aquí los tweets publicados incluyendo ese hashtag, o mejor dicho, me animo pero prefiero mantener la línea editorial de esta humilde bitácora (?). Lo que se puede decir que la mayoría de ellos eran de innegable mal gusto pero de indiscutible hilaridad. Yo colaboré con varios, e incluso hubo diarios online como Urgente24 que incluyeron un par de ellos en la nota relativa al episodio. Tomá.
Tal fue el revuelo generado en la Web que la propia legisladora se vio en la necesidad de borrar el tweet de la discordia. Pero ni eso le sirvió, ya que siempre hay algún usuario de dedos veloces que aprieta la tecla "Print Screen" en el momento justo. Gracias a ello podemos disfrutar aquí de esta pequeña joya del ciberespacio.
El problema no es la declaración en sí, sino que la diputada insistió en defender su postura. Se armó entonces un interesante debate, del cual tuve el placer de participar con algunas respuestas a la propia legisladora. Adjunto aquí al costado un par de capturas de pantalla en las cuales se puede observar mi participación.
¿Cuál es el error en el que persevera Lubertino, con la necedad de la que hablaba Cicerón hace 20 siglos? Porque es indiscutible que la prevención de enfermedades y embarazos no deseados debe ser una prioridad.
El error, a mi entender, es jurídico, y es un aspecto que una abogada y legisladora no puede desconocer. Ha habido casos en que ocurrió que la víctima tuvo la oportunidad de solicitar el uso de preservativo, el victimario fue detenido y llevado a juicio, y la defensa logró que se desestimara la causa alegando que se trató de un acto consensuado. Cualquier leguleyo más o menos avispado plantearía una defensa similar.
Por otra parte, es complicado entender por qué Lubertino sigue tozudamente defendiendo su declaración inicial, luego de haberla borrado. Estimada diputada, si tan segura está de tener razón, ¿a qué viene esa limpieza de rastros? ¿Llegó quizás alguna orden política al respecto? Todo es posible.
Afortunadamente, jamás me he visto en ninguna de las dos posiciones (ni en la de víctima ni en la de victimario) de una violación. Pero opino que por un lado, es sumamente difícil que una mujer posea la suficiente sangre fría como para negociar con un violador en un momento tan tremendo, quizás incluso bajo amenaza de muerte; y por otro, que es harto improbable que un violador en pleno frenesí se detenga a considerar una propuesta como la de Lubertino. Imagino que una violación es un delito que se realiza con la mayor celeridad posible y en un estado en que el único interés del delincuente no radica en negociar con la víctima, sino en someterla por completo.
Como dije, nunca participé en este tipo de situaciones. Pero me da la impresión de que la diputada Lubertino tampoco.
Johann Tenorio
El tweet al que hago referencia era una especie de consejo para mujeres a punto de ser violadas, en las que les sugería tener la frialdad suficiente como para solicitarle al perpetrador que tenga la gentileza de utilizar preservativo, intimidándolo con la posibilidad de ser portador, textualmente, de "alguna enfermedad o vih". Sí, yo también creía que el VIH era efectivamente una enfermedad, pero según la diputada, parece que no es así. (?)
El problema es que la diputada no tuvo en cuenta que Twitter no es precisamente el ámbito más apropiado para expresar una opinión de ese tipo. ¿Por qué no? Muy simple, a los usuarios de esa red social les encanta tomar las cosas con un sentido del humor bastante mordaz. Y así se lo hicieron (léase "hicimos") saber a la diputada amamantadora.
Al poco rato, el TT ("trending topic" o tema del momento) #ConsejosLubertino estaba al tope del ranking nacional.
No me animo a reproducir aquí los tweets publicados incluyendo ese hashtag, o mejor dicho, me animo pero prefiero mantener la línea editorial de esta humilde bitácora (?). Lo que se puede decir que la mayoría de ellos eran de innegable mal gusto pero de indiscutible hilaridad. Yo colaboré con varios, e incluso hubo diarios online como Urgente24 que incluyeron un par de ellos en la nota relativa al episodio. Tomá.
Tal fue el revuelo generado en la Web que la propia legisladora se vio en la necesidad de borrar el tweet de la discordia. Pero ni eso le sirvió, ya que siempre hay algún usuario de dedos veloces que aprieta la tecla "Print Screen" en el momento justo. Gracias a ello podemos disfrutar aquí de esta pequeña joya del ciberespacio.
El problema no es la declaración en sí, sino que la diputada insistió en defender su postura. Se armó entonces un interesante debate, del cual tuve el placer de participar con algunas respuestas a la propia legisladora. Adjunto aquí al costado un par de capturas de pantalla en las cuales se puede observar mi participación.
¿Cuál es el error en el que persevera Lubertino, con la necedad de la que hablaba Cicerón hace 20 siglos? Porque es indiscutible que la prevención de enfermedades y embarazos no deseados debe ser una prioridad.
El error, a mi entender, es jurídico, y es un aspecto que una abogada y legisladora no puede desconocer. Ha habido casos en que ocurrió que la víctima tuvo la oportunidad de solicitar el uso de preservativo, el victimario fue detenido y llevado a juicio, y la defensa logró que se desestimara la causa alegando que se trató de un acto consensuado. Cualquier leguleyo más o menos avispado plantearía una defensa similar.
Por otra parte, es complicado entender por qué Lubertino sigue tozudamente defendiendo su declaración inicial, luego de haberla borrado. Estimada diputada, si tan segura está de tener razón, ¿a qué viene esa limpieza de rastros? ¿Llegó quizás alguna orden política al respecto? Todo es posible.
Afortunadamente, jamás me he visto en ninguna de las dos posiciones (ni en la de víctima ni en la de victimario) de una violación. Pero opino que por un lado, es sumamente difícil que una mujer posea la suficiente sangre fría como para negociar con un violador en un momento tan tremendo, quizás incluso bajo amenaza de muerte; y por otro, que es harto improbable que un violador en pleno frenesí se detenga a considerar una propuesta como la de Lubertino. Imagino que una violación es un delito que se realiza con la mayor celeridad posible y en un estado en que el único interés del delincuente no radica en negociar con la víctima, sino en someterla por completo.
Como dije, nunca participé en este tipo de situaciones. Pero me da la impresión de que la diputada Lubertino tampoco.