martes, 22 de enero de 2008

Efectos de la globalización (andáaaa...)

De más está decir que jamás estudié Economía, ni Análisis Bursátil, ni Teoría Evolutiva de los Mercados Globalizados, ni nada que tenga la más mínima relación con los temas antedichos. De hecho, cuando en la facultad me tocó la materia "Contabilidad" en tercer año, comprendí que había llegado la hora de cambiar de carrera.

Ahora bien, para mí que hay gato encerrado. Si no, que alguien me explique las siguientes causas y efectos:


  • Si sube la bolsa en Wall Street, suben las tasas en la Argentina.


  • Si baja la bolsa en Wall Street, suben las tasas en la Argentina.


  • Si la OPEP sube el precio del barril del petróleo, acá sube el precio de la nafta.


  • Si la OPEP baja el precio del barril del petróleo, acá sube el precio de la nafta.


  • Si en los mercados mundiales sube el precio de los cereales, acá sube el precio del pan.


  • Si en los mercados mundiales baja el precio de los cereales, acá sube el precio del pan.


  • Si China sale a comprar carne a rolete por todo el mundo, acá el precio del asado se va a las nubes.


  • Si China decide cerrar la importación de carnes, acá el precio del asado se va a las nubes.


Y así con una multitud de artículos (o como les dicen ahora, "commodities") y/o variables económicas.

Los Hombres de la Bolsa en acciónLo divertido, si algo hay de divertido en este asunto, es que siempre en estos casos aparece algún economista o analista de mercados en los noticieros, explicando en un lenguaje claro y accesible para los legos como quien esto escribe, cuáles son los motivos que llevan de la causa A al efecto A´, como por ejemplo "lo que ocurre es que, como China ha cerrado la importación de productos cárnicos, los productores nacionales derivan sus exportaciones de Asia a Europa, que paga precios superiores y esto eleva la demanda en el mercado interno, por lo cual en las góndolas se observan incrementos significativos en carnes y derivados". Pueden estar seguros de que, si ese argumento no ha sido usado alguna vez, ya lo van a usar.

Pero qué quieren que les diga, a mí los números siguen sin cerrarme, por más que los analistas me ofrezcan las explicaciones más convincentes que se les ocurran. Cada vez que quiero llenar el tanque del auto, tengo que pedir un crédito personal. Cuando pido el crédito, descubro que las tasas bancarias subieron. Si me quiero olvidar de todo este embrollo e ir a comer un sandwich de vacío, tengo que convertirme en alquimista y transformar el plástico en goma, porque tanto el pan como la carne se convirtieron en artíc... perdón, "commodities" de lujo. Y capaz que hasta me persigue Montoya por el impuesto a los bienes suntuarios.
No, los números no me cierran. ¿Tendré que volver a pedir que me admitan en la facultad y resignarme a estudiar Contabilidad?

Ah, qué duda cruel...

Johann

viernes, 18 de enero de 2008

Bobby, mi buen amigo

Y como no podía ser de otra manera, el primer post de esta nueva etapa de Johann Tenorio tiene que ver con una noticia trágica, con la salvedad de que no se refiere a la actualidad nacional sino a la desaparición física de quien considero uno de los genios más grandes de la historia de la humanidad. Me refiero a Robert James "Bobby" Fischer, campeón mundial de ajedrez entre 1972 y 1975.

Bobby en sus últimos añosSi definimos a un genio como alguien que no sólo es capaz de concretar logros inauditos en un campo determinado, sea éste un deporte, un arte o una ciencia, sino además de enfrentarse al establishment y cantarle las verdades en la cara, hay muy pocos personajes que entrarían en esa categoría. Sócrates, Mozart y Einstein serían algunos. Y sin duda, Bobby Fischer llegó a tallar a la altura de los nombrados.

No puedo evitar que me caiga simpático alguien que es perseguido por el FBI y la CIA sólo por jugar al ajedrez en un lugar vedado por el gobierno de los EE.UU. O que es capaz de decirle "criminal" a George W. Bush. O que llega a rehusarse a recibir una descomunal suma de dólares de parte de la Coca-Cola, que quería sponsorearlo, simplemente porque él no consumía esa bebida y por ello mal podría promocionarla. Bobby Fischer hizo todo eso, y además le quedó tiempo para ser el ajedrecista más grande de su época y, para algunos, de todos los tiempos.

Frente al tablero, en su época de esplendorY si dedico este post a un exponente de un juego-deporte-ciencia que jamás aprenderé a jugar como Dios manda pero igual me apasiona, es por todo lo anterior. De la misma manera que nunca podré analizar las cosas como Sócrates, o componer sinfonías como las de Mozart, o investigar en profundos intríngulis matemáticos como Einstein. Pero eso no implica que no sea capaz de valorar sus inmensos legados.
Tal vez Bobby nos legó sólo algunas partidas brillantes, pero alcanzó para revitalizar el ajedrez de Occidente (en aquella época de abrumadora supremacía soviética) sin recibir por ello el mérito que sus contemporáneos y compatriotas debieron haberle entregado. Al contrario, lo acusaron de traidor y de loco.

Este verano, Bobby no podrá jugar conmigo, pero es un buen momento para recordar la partida más importante que jugó con su buen amigo (y mejor rival) Spassky.
Click sobre la imagen para verla en tamaño real(Extraído de Wikipedia)

Chau, Bobby. Seguramente, en estos momentos le estarás explicando algún gambito o refutándole alguna variante al mismísimo Tata Dios. Y el Barba te debe estar mirando con cara de "qué lo parió". Tratá de no pelearte también con él.
Un admirador sincero,

Johann Tenorio

Bienvenidos, desterrados de otros blogs

Vosotros, que habéis sido vilmente despreciados por otros bloguistas, que se hacían llamar "cronistas corales", sentíos aquí como en vuestra casa. Bah, si es posible que este antro de perdición pueda parecerle confortable a alguno de ustedes.

Es así nomás, me he retirado de a poco de la actividad estrictamente coral, pero sigo leyendo los diarios, viendo noticieros e incluso canales de noticias, enganchándome en alguno que otro programa político televisivo... y por supuesto, viviendo el día a día de esta ciudad y este país. Y la verdad, eso da para escribir bastante más que la actividad coral.
Sobre todo cuando uno tiene ganas de despotricar a gusto y piacere sobre lo que le venga en gana. En el otro blog, lamentablemente, tenía que luchar contra quienes defienden a capa y espada la idea de que el que piensa distinto es enemigo, así que tenía que escribir que todo era bello y maravilloso o resignarme a asumir el papel del villano deforme.

No seamos inocentes, en la política argentina pasa lo mismo. Pero como somos muchos más los que opinamos, uno pasa más desapercibido. Además, ser tolerante con las ideas ajenas es "políticamente correcto", lo cual neutraliza muchos ataques. No es que sea paranoico, eh...

De todos modos, no se preocupen porque no voy a escribir sólo sobre política. Seguramente escribiré sobre la última película que ví, el último libro que leí, el último recital al que asistí, el último partido de River Plate que sufrí, e incluso hasta la última mina que perdí. Y si tienen suerte, capaz que alguno de estos posts no es bajoneante y depresivo. De vez en cuando se alinean dos o tres constelaciones y me pongo de buen humor, usualmente en verano. No seré muy hilarante, pero al menos le pongo onda.

Bueno, como les dije, espero que mi viejo/nuevo blog (lo tengo en funcionamiento desde hace un par de años, pero jamás lo dí a conocer) les resulte mínimamente interesante y, si encuentran algo como para comentar, me dejen aquí mismo sus inquietudes.

Que les sea leve,

Johann